Editorial
El
Programa de Posgrado en Ingeniería de la UNAM (PPI) es
un instrumento fundamental para la formación de los recursos
humanos de alto nivel que requiere el país. En él
se han formado muchos de los mejores ingenieros con que cuenta
México. El IIUNAM ha tenido siempre una gran participación
y compromiso con el Posgrado en Ingeniería, y su Programa
de Becas (PBII) ha impulsado la formación de un gran
número de maestros y doctores en ingeniería.
En
enero pasado, presenté a la comunidad del IIUNAM los
resultados de un diagnóstico realizado por la Coordinación
del PPI por encargo de su Comité Académico, en
el cual se resalta, entre otros asuntos, la reducida eficiencia
terminal del Posgrado en Ingeniería como un problema
que se debe atender con energía. Para ello, la Coordinación
ha propuesto una serie de medidas que atañen a los alumnos,
los tutores y la misma Coordinación del Posgrado, dirigidas
a mejorar radicalmente dicha eficiencia, y entre las que se
considera el establecimiento y riguroso cumplimiento de periodos
máximos permitidos para lograr la titulación.
Para
contribuir a la solución de este problema, y especialmente
para fomentar entre los graduados de maestría los estudios
doctorales, el Consejo Interno del IIUNAM aprobó, el
pasado 11 de febrero, importantes adecuaciones al Reglamento
del Programa de Becas del Instituto de Ingeniería.
El
PBII establece dos tipos de becas: regulares y especiales. Las
becas regulares tienen como propósito la obtención
de un grado académico, en los ciclos de licenciatura,
maestría y doctorado, cumpliendo con dos tipos de actividades:
1) cursar asignaturas y participar en proyectos de investigación
del IIUNAM y 2) efectuar las actividades de investigación
para la realización de una tesis.
Las
becas especiales se otorgan con propósitos complementarios
a la obtención del grado, tales como realizar estancias
posteriores a la obtención de éste, con el fin
de facilitar la continuidad de los estudios del becario en niveles
superiores.
La
duración total de las becas regulares podrá ser
de hasta seis semestres para licenciatura, cuatro para maestría
y seis para doctorado a partir de la maestría, o diez
a partir de la licenciatura. La duración de las becas
especiales será de hasta dos semestres.
Reducir
la duración de las becas regulares de maestría
nos da la oportunidad de replantear los alcances y contenido
de las tesis de grado, adecuándolas especialmente a los
intereses y expectativas de los estudiantes. Sobre este tema
un grupo de académicos del Instituto se encuentra ya
trabajando.
Exhorto
al personal académico del IIUNAM a realizar esfuerzos
tendientes a fortalecer nuestra presencia en el Programa de
Posgrado en Ingeniería, contribuyendo en la observación
de las disposiciones establecidas por el Comité Académico
del Posgrado y por el Consejo Interno del IIUNAM en relación
con el PBII.