Marzo 2003
Impacto de
los proyectos del Instituto
Detección
y localización automática de fugas en un ducto
En control
automático existe una teoría para diseñar sistemas
de detección y aislamiento de fallas, basada en la identificación
de parámetros, la redundancia analítica de la evolución
de las salidas y los modelos cualitativos de un proceso. Sin embargo,
a pesar de los avances de estas técnicas modernas y de los equipos
electrónicos digitales, existen casos para los cuales no dan
resultados confiables o poseen restricciones de aplicación. Uno
de estos casos, denominados problemas abiertos, se presenta en las redes
de fluidos cuando se requieren identificadores de fallas simultáneas
para sistemas complejos y no lineales.
La solución
propuesta consiste en explotar la redundancia analítica que existe
en el comportamiento dinámico del fluido para diseñar
un mecanismo de procesamiento de datos en tiempo real en una computadora,
capaz de detectar e identificar de manera automática la localización
de múltiples fugas en un ducto sin tomas laterales cuando se
tienen únicamente mediciones de manera continua del gasto, presión
y temperatura en los extremos.
La figura
describe la interconexión del sistema propuesto con la tubería.
La computadora dotada del conocimiento del fluido en condiciones normales,
recibe continuamente los datos digitalizados de los gastos y presiones
vía el adquisidor de datos y diagnostica, de manera automática,
las anomalías en la instalación, comparando el comportamiento
del fluido real con el esperado en condiciones normales. Es decir, la
computadora realiza de manera automática las funciones de un
supervisor del desempeño de la red. El punto clave en la solución
propuesta es la redundancia analítica existente sobre la dinámica
del fluido, cuando se miden tanto los gastos como las presiones en una
línea sin tomas laterales. Esto simplifica los cálculos
y permite implantar estimadores del comportamiento del fluido que hacen
las veces de observadores de tramos, vía software, y que concuerdan
con los valores reales de la instalación en ausencia de fallas
y divergen en condiciones de anomalías. Tomando en cuenta los
resultados suministrados por los observadores, la segunda parte del
diagnóstico consiste en aislar la fuga presente. Esto se logra
con un mecanismo de reconocimiento de patrones de cada fuga que se diseña
a través del uso de lógica borrosa.