Reseña de Libros

Karl Terzaghi. The engineer as artist, del autor Richard E Goodman, editorial ASCE Press, 1998.

Terzaghi, según se deja ver en su biografía, no era un gran matemático pero sí un gran observador. En Estambul conoce del profesor austríaco Forchheimer, una solución al problema del flujo de agua a través del suelo empleando la ecuación de Laplace, la cual le permite hacer nuevos postulados importantes para la nueva ciencia que estaba naciendo. Posteriormente, su enorme capacidad para observar la naturaleza le permite reconocer que el fenómeno de la consolidación de los suelos, es análogo al de difusión de calor a través de un sólido, lo cual comprueba con una gran cantidad de experimentos en el odómetro o consolidómetro, uno de los muchos aparatos diseñados por él mismo. Sus descubrimientos fueron apareciendo poco a poco en diversos boletines y revistas al tiempo que preparaba su famoso libro Erdbaumechanik.

Desde que comenzó a trabajar, siempre se metió en los problemas, dentro de los problemas; sin duda, la mejor receta para no meterse en problemas. Fue así que al enfrentar aquellos en los que la presencia del agua dentro del suelo resultaba fundamental para explicarlos, postuló luego de profundas reflexiones, el principio de esfuerzos efectivos. Así nace en 1923, la Mecánica de suelos pero el reconocimiento formal de esta nueva disciplina hubo de esperar un poco más, hasta 1924, cuando se publica su libro Erdbaumechanik, obra que no tiene antecedentes, en la que resume su experiencia y su conocimiento hasta esa fecha.

Su fama creció y en unos años se convirtió en consultor respetadísimo. En 1925 viaja por segunda vez a los Estados Unidos donde participa activamente en varios proyectos. Cuando regresa a Europa en 1929 continúa febrilmente su participación en muchos obras de gran envergadura. Los cambios políticos en Alemania aceleran la construcción de obras de infraestructura y Terzaghi colabora en algunas de ellas. En 1937, cuando Europa estaba al borde de la guerra, regresa a Estados Unidos donde permanece hasta su muerte en 1963.

Efraín Ovando Shelley
junio de 2000