Enero 2001

Las remuneraciones adicionales en el Instituto de Ingeniería

Roberto Magallanes

El procedimiento de escalones y bonos se aplicó hasta 1987; para entonces, los académicos más jóvenes solicitaban un procedimiento que hiciera explícitos los atributos de evaluación, que fuese transparente y objetivo e incluso, permitiese la autoevaluación sin márgenes de errores importantes. El Consejo Interno consideró válidos algunos motivos de inconformidad y caracterizó a los atributos relevantes y su integración en un índice único que pudiese asociarse a la remuneración adicional. Se consideraron los atributos de productividad (P), docencia y formación de personal (F), contribución a la generación y administración de recursos (R) y dedicación a comisiones y labores institucionales (C).

Las calificaciones para cada atributo se asignaban entre cero y tres, en cada una de las coordinaciones, se revisaban en cuatro comités de evaluación constituidos por Subdirector, Coordinadores y Consejeros Internos electos de cada Subdirección y se ratificaban por el Consejo Interno, que asumía la responsabilidad de la evaluación definitiva. Las calificaciones se integraban linealmente con factores de peso, determinados en el Consejo usando una técnica de dinámica de grupos propuesta por Saty, los cuales resultaron de 0.55, 0.25, 0.15 y 0.05 para P, R, F y C, respectivamente.

La ventaja de este sistema de evaluación, respecto al anterior, fue la consideración de atributos específicos, que ordena y estimula la comunicación entre evaluadores y evaluado, propicia la superación y eventualmente permite corregir errores, ya que se admiten inconformidades. Sin embargo, también se introducen rigideces en actividades no valoradas adecuadamente por los factores de peso, rigideces que no tenía el sistema de escalones.

La regla de transformación entre la calificación final y la remuneración adicional era de tipo lineal, entre el 20 y el 100% de la remuneración máxima establecida como porcentaje del salario tabular universitario. No recibían remuneración el quince por ciento de investigadores y técnicos mal calificados; en cambio recibían remuneración máxima el quince porciento de los bien calificados, aun sin tener calificación máxima.

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