Marzo 2003
Impacto de los proyectos
del Instituto
Remoción
de flúor en aguas para abastecimiento público
Los resultados
obtenidos y su análisis estadístico permitieron afirmar
que de los tres procesos probados, el de la nalconada es el más
indicado para la remoción conjunta de fluoruros y arsénico,
ya que logró reducir la concentración de fluoruros hasta
1.2304 mg/l, magnitud que cumple satisfactoriamente con el valor norma
para este parámetro. En cuanto a la remoción de arsénico
se lograron concentraciones de 0.012 mg/l en el efluente, cifra muy
por debajo del valor norma actual de 0.045 mg/l, con lo que se puede
cumplir también con el valor norma de 0.025 mg/l propuesto para
el año 2005. Para estimar los costos se tomó en cuenta
la capacidad adsortiva de los materiales, el caudal de agua por tratar,
la concentración inicial y final, los costos de las materias
primas y su vida útil, así como el costo por su regeneración
(10 % del costo del material). Con base en lo anterior, la técnica
de menor costo por metro cúbico de agua tratada fue también
la de la nalconada ($ 3.60/m3).
Finalmente,
con base en los resultados y conclusiones de este estudio, y dados los
problemas que causan a la salud humana las altas concentraciones de
fluoruros y arsénico contenidas en algunas fuentes de abastecimiento
en diversas regiones del país, se recomendó continuar
la investigación en una segunda etapa que involucre el dimensionamiento,
construcción y puesta en marcha de una planta a escala piloto.
En ella deberá tomarse en cuenta, en primer término, el
proceso de la nalconada y, de manera paralela, los procesos de adsorción
con el carbón de hueso y la alúmina activada, ya que se
cree que estos procesos, bajo otras condiciones de operación,
pueden resultar competitivos con el proceso de la nalconada.
Este proyecto
se realizó bajo la dirección de Jorge L de Victorica Almeida,
con la participación de Matilde Galván García de
la Coordinación de Ingeniería Ambiental; externamente
participaron Fulvio Mendoza Rosas y Rogelio Anaya Pérez. Fue
patrocinado por la Comisión Nacional del Agua, a través
de su Gerencia de Potabilización y Tratamiento de la Subdirección
General de Construcción.